A la atención de la
Audiencia Provincial Sección 8ª de Gijón
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No fue un homicidio, fue un asesinato
Justicia para Paz
El 6 de Marzo de 2018, tras veintiún días de angustiosa búsqueda, aparecía sin vida el cuerpo de Paz Fernández Borrego. Su asesino, con quien mantenía una relación sentimental, se había deshecho del cadáver arrojándolo desde un puente el 13 de febrero tras golpearla de forma salvaje y repetidamente en distintas partes de su cuerpo y en la cabeza hasta matarla, así lo determinó la autopsia.
El asesinato de Paz, de 43 años y con dos hijos, forma parte de la larga lista de víctimas mortales de violencia machista. Según los datos oficiales, que solamente cuantifican como víctimas de violencia de género a aquellas mujeres asesinadas por su pareja o ex pareja, más de mil mujeres engrosan este macabro listado desde el año 2.003, cuando se empezaron a contabilizar. Paz fue la quinta de un total de 47 en 2018, luego vinieron las 55 de 2019. En lo que llevamos de 2020 ya se ha superado la veintena y esto es sólo la punta del iceberg.
Lamentablemente la fiscalía solicita que se juzgue a su asesino por un crimen de homicidio. Pero los hechos son inapelables. El asesino la llevó a su terreno aprovechando su relación personal y sentimental, la invitó a cenar a su casa y, consciente del estado de embriaguez en el que se encontraba, la mató, y lo pudo hacer porque era imposible que en aquellas circunstancias se pudiera defender. Paz fue asesinada con premeditación y saña, no fue homicidio, fue asesinato, tal y como solicitan las acusaciones.
Los y las abajo firmantes queremos solidarizarnos y apoyar a la familia de Paz y sus allegados y allegadas, sumándonos a su justa reivindicación de que, en el próximo juicio, se reconozca como asesinato el crimen cometido contra ella, para hacerle justicia con una sentencia que sirva de precedente y contribuya a la defensa de otras muchas vidas en riesgo por la violencia machista que aún pueden ser salvadas.