Izquierda Revolucionaria - Sindicato de Estudiantes

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Este domingo 7 de junio, decenas de miles de personas hemos llenado las calles en numerosas ciudades del Estado español, en una muestra tremenda de fuerza y solidaridad internacionalista con el movimiento antirracista que sacude Estados Unidos. Igual que Berlín, Londres o París, Madrid ha sido escenario de una manifestación monstruo con más de 50.000 asistentes, mientras en Barcelona, Sevilla, Málaga, Oviedo o Valencia miles más se sumaban a la acción contra la violencia policial racista y el fascismo. 

Una multitud de gargantas gritando ‘Las vidas negras también importan’, ‘Sin justicia no habrá paz’ o ‘Di su nombre: George Floyd’, entre muchas otras, han resonado con fuerza por las plazas y calles que hemos abarrotado. Izquierda Revolucionaria y el Sindicato de Estudiantes hemos estado en primera línea impulsando esta movilización, y junto a los compañeros del Sindicato de Manteros hemos jugado el papel decisivo para que en Madrid se produjera la manifestación antirracista más grande en años.

Madrid será la tumba del racismo

La concentración convocada frente la Embajada de EEUU en Madrid ha sido totalmente desbordada por una afluencia masiva. A falta de media hora para el inicio de la cita, miles sujetábamos nuestras pancartas preparados para protagonizar un día de lucha histórico y eléctrico. A las 11h, en la Calle Serrano no cabía ni un alfiler. Tras enviar un mensaje de solidaridad con nuestros hermanos y hermanas estadounidenses, de mantener un minuto de silencio arrodillados y con los puños en alto –símbolo de las protestas en EEUU– en recuerdo de George Floyd y todos los asesinados a manos de la policía, 80.000 personas hemos empezado a marchar por las calles de Madrid, tras las pancartas del Sindicato de Manteros, el Sindicato de Estudiantes e Izquierda Revolucionaria.

“Donald Trump es un criminal”, “Floyd, hermano, nosotros no olvidamos”, “Policía, asesina” “La ley de extranjería mata gente cada día”, "Madrid será la tumba del racismo" eran coreadas a pleno pulmón en la manifestación antirracista más multitudinaria de las últimas décadas en la capital. Nuestras voces no han dejado de retumbar por el centro de la ciudad y la Milla de Oro, donde, unos días atrás, empresarios, rentistas y fascistas envueltos en banderas de España, con palos de golf y bolsos de marca –alentados por el PP y por Vox– reclamaban “libertad”. Hoy, por esas mismas calles, les hemos enviado una contestación demoledora a Abascal, Casado y todos los que defienden el mismo modelo de sociedad autoritaria, racista, clasista y policial.

Decenas de miles de jóvenes y trabajadores negros, latinos, asiáticos, blancos… en un movimiento unificado por encima de barreras raciales –unido por la pertenencia a la clase obrera– les hemos señalado a ellos, y al sistema capitalista que con tanto ardor defienden, como culpables de nuestra opresión.

La mejor respuesta contra la extrema derecha es la movilización masiva. ¡Este es el camino!

No es ninguna casualidad que Vox y el Partido Popular hayan manifestado su apoyo incondicional a Donald Trump y estén apoyando su propuesta de ilegalizar a las organizaciones de la izquierda y antifascistas que están participando activamente en las protestas por todo EEUU. La brutalidad policial y la campaña de manipulación de los medios de comunicación con la que están intentado desarticular las movilizaciones, es la misma fórmula que la ultraderecha española utiliza para criminalizar a la izquierda y a los colectivos y organizaciones combativas que durante todos estos años no hemos dejado de salir las calles por los derechos de la mujer trabajadora, contra el racismo, por los servicios públicos o en defensa de nuestros derechos democráticos.

La fuerza arrolladora que ha llenado la Puerta del Sol es la mejor respuesta que podemos dar a aquellos y aquellas que nos condenan a la pobreza, a la exclusión, a los peores trabajos y a sueldos de miseria, a quienes no nos contratan por el color de nuestra piel, y a quienes hacen del racismo, la xenofobia, el machismo… una bandera para tratar de golpearnos. A todos ellos y ellas, a los y las defensoras de este sistema podrido, hoy les hemos dicho basta. ¡Así es como la frenamos la ofensiva de la extrema derecha! ¡Con la movilización enérgica!

Lamentablemente, desde algunas voces de las organizaciones que sustentan al Gobierno PSOE-UP, en lugar de celebrar la respuesta antirracista demoledora que ha estallado en las calles del Estado, han señalado que, aunque la movilización era lícita, ha sido una irresponsabilidad tomar las calles en estos momentos y que no podemos rebajarnos al nivel de las “protestas” de la extrema derecha, colocando así a la juventud y los trabajadores que nos hemos movilizado en la misma categoría que a la morralla reaccionaria de los barrios ricos de Madrid.

¡No! Lo que es una irresponsabilidad y un grave error político es tratar de paralizar –imponiendo la estrategia de la paz social y la Unidad Nacional– a la clase obrera y la juventud que queremos luchar para conseguir una vida libre de racismo y de todo tipo de opresión, mientras se aplaude que las terrazas de los bares estén llenas, que los empresarios puedan abrir sus negocios y poner a producir sus fábricas aunque no respeten las medidas de seguridad, y al Ibex 35 y la CEOE le lluevan miles de millones de euros del presupuesto público. No, la lucha no es el problema. El problema es ceder a las presiones de nuestros enemigos de clase.

A quienes queremos defender la memoria de Floyd, pero también de Mame Mbaye, de Breonna Taylor, de Lucrecia Pérez, de Samba Martine, de nuestros quince hermanos ahogados en el Tarajal, de las decenas de miles que yacen en el Mediterráneo… no nos mueven otros intereses que la solidaridad de clase. Somos los mismos y las mismas que hemos estado años batallando contra los recortes sociales, y que ahora peleamos por defender y proteger la sanidad pública, no con gestos vacíos y demagogia, sino exigiendo miles de contrataciones y recursos materiales suficientes.

En este sentido, el Gobierno PSOE-UP tiene una tarea muy concreta e inmediata que llevar a cabo. Como hemos recordado en las manifestaciones de hoy, el racismo y la violencia policial no es algo que sólo suceda en Estados Unidos, sino que en el Estado español también se cobra vidas todos los días. Un gobierno de izquierdas debería luchar decididamente para poner fin a esta lacra, acabando con toda manifestación de xenofobia y racismo institucional, comenzando por la regularización de los trabajadores y trabajadoras inmigrantes, por la depuración de los racistas y fascistas de los cuerpos policiales y el aparato del Estado, derogando de forma urgente la ley de extranjería y cerrando las cárceles para migrantes que son los CIEs.

¡Hay que acabar con este sistema racista, clasista y machista!

El asesinato de Floyd ha sido la gota que ha colmado el vaso. Las imágenes de su muerte se han sumado a un desempleo masivo y una crisis económica que está condenando a los sectores más pobres de la sociedad a nivel mundial, a una crisis sanitaria que hemos pagado duramente por los recortes de la derecha mientras veíamos como se regalaban cantidades ingentes de recursos públicos a la elite empresarial y a los banqueros. A la aplicación de la Ley Mordaza y la brutalidad policial con la que en pleno confinamiento se ha seguido persiguiendo a la población negra. La pandemia del coronavirus sólo ha destapado la olla podrida del capitalismo y la brecha social que no para de crecer.

Contra todo ello nos hemos levantado hoy. Somos los oprimidos y las oprimidas en pie de guerra contra un sistema asesino que sólo nos ofrece la represión y explotación más despiadada.

La lucha debe continuar, organizando nuevas manifestaciones, haciendo un llamamiento a toda la población a participar, estableciendo comités antirracistas y antifascistas en todos los barrios y localidades, y hay que dotar a este explosivo movimiento de un programa anticapitalista y revolucionario, que señale el ADN reaccionario, racista y clasista del sistema capitalista.

Esta es la mejor forma de seguir enviando toda nuestra fuerza y solidaridad internacionalista a todos nuestros hermanos y hermanas que se manifiestan en todo el mundo y de conseguir nuestras reivindicaciones. Luchar por la transformación socialista de la sociedad es una cuestión vital para los oprimidos del mundo.

¡Black Lives Matter!

¡Únete al Sindicato de Estudiantes! ¡Únete a Izquierda Revolucionaria!

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